El caso
Primera de las fotos tomadas por Rex Heflin | |
Segunda fotografía | |
Foto número 3 | |
Cuarta fotografía |
Todavía en el interior de la cabina, se disponía a fotografiar la señal con su cámara Polaroid modelo 101, cargada con una película de 3000 ASA, cuando notó de reojo a su izquierda algo moviéndose. Al mirarlo mejor pudo ver que se trataba de una extraña nave plateada y con forma de sombrero de paja que cruzaba lentamente sobre la carretera de izquierda a derecha, a unos 50 metros de altura y a unos 200 metros de distancia. Rápidamente disparó su cámara, obteniendo la primera foto a través del parabrisas delantero. La nave siguió su trayectoria con un cierto bamboleo, revelando una panza de color oscuro de la que parecía salir un rayo de luz rotatorio de color verdoso. Tomó entonces la segunda fotografía por la ventana del pasajero. El objeto siguió alejándose, pero aún tuvo tiempo de disparar una tercera vez, antes de que aumentase su velocidad y altura perdiéndose sobre la autopista de Santa Ana. Todo el avistamiento había durado apenas 20 segundos. La nave dejó tras de sí un anillo como de humo que Heflin fotografiaría, tras acercarse más al lugar con su camioneta.
Pensando que se trataba simplemente de algún prototipo experimental, Heflin volvió a su trabajo notando que el radiotransmisor volvía a funcionar. Sin embargo, no mencionó nada de lo ocurrido hasta la tarde cuando se reunió con algunos compañeros de trabajo. Éstos empezaron a pedirle copias y algunas de ellas llegaron a manos del periódico local, el Santa Ana Register, que las publicaría el 20 de septiembre, seis semanas después de ocurridos los hechos, sin pedir permiso al autor ni pagarle nada.
Sin embargo, antes de su publicación en prensa, el caso ya había llegado a conocimiento de los militares (quizá por las gestiones del propio periódico). Tanto la Marina como la Fuerza Aérea entrevistaron al testigo durante varias horas, le solicitaron los originales (sólo de las tres primeras fotos, pues el testigo había decidido no mostrar más la foto del anillo de humo con el argumento de que "tres fotos eran bastantes para un día") y tras realizar las copias oportunas se las devolvieron sin problemas.
También uno de los grupos ufológicos privados más importantes de la época (el NICAP) había tenido noticias de lo ocurrido antes de la publicación de las fotos y ya el 18 de septiembre, el ingeniero Edward Evers obtuvo una declaración firmada del testigo.
Sin embargo, el propio día en que aparecieron en el periódico local las fotografías, Heflin asegura haber recibido la llamada de una persona que, identificándose como coronel del NORAD, concertó una cita con él para dos días más tarde, recomendándole que no siguiese hablando con la prensa. En la noche del 22 de septiembre, dos personas que exhibieron unos carnets sin foto similares a los empleados por sus visitantes militares anteriores, se presentaron en su casa, le solicitaron los tres originales... y Heflin nunca más volvió a verlos.
Pese a los esfuerzos del propio testigo, del NICAP y del propio congresista del condado, la identidad de esos "hombres del NORAD" sigue siendo un misterio 35 años después.